Luego de tener una conversación muy profunda con un copito de nieve, decidí que quiero compartir este pensamiento.
Inconscientemente tratamos cada día como un disco rayado. Nos levantamos pensando en las cosas que dejamos pendientes el día anterior. Están los pendientes del trabajo, la universidad, el lío con el novio (hasta el odio al pendejo que tachamos con una equis y por eso se conoce como eX-). Estos son pensamientos repetidos. Les damos vueltas a las cosas que sentimos que dejamos pendientes; cuando realmente están más que resueltas. Por nuestra mente cruzan miles de pensamientos durante el día, y más de la mitad si no todos son los mismos pensamientos del ayer.
Hay personas que sólo recuerdan. Recordar está bien, y si recordar nos hace sonreír pues aún mejor. Es algo que hacemos todos. Pero creo que al final al ser humano le gusta sufrir. Algunos seguimos recurriendo al pasado como si fuera un salvavidas. Lo inflamos cuando nos sentimos ahogados en el presente (y no hay barandilla en la piscina, o como yo que nunca doy pie) y nos aferramos a la "comodidad" de la que un día gozamos. Ahí lo dije, "De la que un día gozamos". Por algo no la gozamos hoy. Y por algo el salvavidas se pichó.
No es bueno usar el pasado como un sofá y dormirnos mientras muchas oportunidades nos pasan por delante. Hay señales que debemos captar. La vida misma nos manda pistas, y nos dice si vamos por buen o mal camino. Y no, no estoy diciendo que una persona te tocará el hombro y con voz de Jesucristo te dirá "Sigue adelante que vas por buen camino". Pero el pasado definitivamente buen camino no es. Nuestro cuerpo nos lo dice. Nuestra mente lo grita. Si vamos a cometer una acción y no le decimos a nadie, y nosotros mismos sabemos que no la podemos mencionar... pues abramos los ojos, que en el fondo sabemos que está mal lo que estamos apunto de hacer.
Qué tiene que ver el pasado con todo esto? Bueno... La mayoría de los errores que cometemos son errores ya cometidos. O no? Sino, cómo sabríamos que está mal lo que estamos haciendo? Pues porque ya lo hicimos! Entonces, no le des al pasado el placer de saber que le tienes miedo al futuro. El miedo dura sólo un instante. Hay que seguir adelante, porque lo que se deja atrás no es bueno devolverse a buscarlo.
El pasado no nos define, nos educa. Por eso ya somos lo suficientemente sabios para no repetirlo. Mejor hablemos de él. Porqué? Porque ya pasó...
(Y sí...los copitos de nieve hablan)