4.6.11

3era Ley de Newton: Acción y Reacción.

Advertencia
El siguiente post fue el resultado de ahogar las penas en un bar. 
Tal vez por eso no haga mucho sentido. 

"Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria:
o sea,
las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto".

No hay sentimiento más difícil que superar el amor que nunca se tuvo. Luego de dos caminos chocar, lo natural es que se dirijan hacia direcciones opuestas.

Por más que yo trate y por más que quiera no hay palabras para expresar el desastre que tengo en la cabeza. Sé que esto simplemente es otro dolor que infligí sobre mi misma y que nadie podrá quitar. Ni pienso que dándome lo que creo necesitar. No lo quiero ya... pero cuánto lo quise.

Incluso sé que estoy mejor sin ello. Pero cuando se quiere algo que no se necesita, ahí es que es fuerte. ¿Cómo negar un pedazo de bizcocho o un helado favorito aún estando lleno de una comida anterior? Simplemente lo queremos. Y cuando nuestro cuerpo siente que debería rechazarlo lo anhelamos aún más.

Podemos pasar el tiempo sin un capricho, pero cuando nos encaprichamos, lo único que sentimos pasar es el tiempo. Sólo la adrenalina de inicialmente encapricharnos nos hace pensar que así nos sentimos mejor (o para usar una mejor palabra, vivos). ¿"Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde"? Tal vez. Pero si vió su pérdida antes de su llegar y la asumió, tal vez no lo deseaba tanto.

Ahora, codiciar algo que no es nuestro y verlo girar en dirección opuesta... creo que es aún más difícil. Desafortunadamente no se puede pelear por lo que nunca peleó por nosotros, aunque por un segundo los trayectos se cruzaron. No podemos tratar de aferrarnos a un sentimiento que realmente nos hace sentir nada más que un escape de la realidad.


Un capricho no es real. Es solo una ilusión de lo que queremos y refleja lo que necesitamos. Y se vuelve cada día más fácil obsesionarse con algo inexistente pues nunca nos podrá herir ni maltratar. No es tangible, por ende no puede tocarnos ni hacernos sentir. No es visual, por esto no logramos ver claramente. Es algo mental que nubla la visión. Y la visión es algo que define al futuro, construida de nuestros más grandes deseos. Con ella encaprichada no avanzamos.

Pero por esta misma razón nos encaprichamos. Por que tenemos tanto miedo a lo desconocido que preferimos cegarnos ante lo que creemos conocer. Y un capricho o varios no duran toda la vida. Simplemente seguimos arrastrándolos mientras se van apilando hasta que crean este montón de irrealidad. Perdemos la conciencia de lo que realmente nos hace falta.

Y aunque queramos aceptarlo o no, la clave es seguir adelante. Abrirnos hacia el futuro. El miedo más grande: enfrentarnos hacia el porvenir con brazos abiertos. Sólo esto sucederá cuando entendamos que aparte de olvidar, debemos pensar en un mañana.

Aunque se sienta mejor cruzar el presente adormecidos en el tiempo. Dejándolo todo pasar como si no valiera lo que cuesta. Porque aunque muchos piensen que el presente vale nada, definitivamente tiene un precio. Pagamos el presente con el pasado. Vivimos lo que vivimos para llegar ilesos adonde estamos. Tal vez una que otra herida, pero todavía estamos aquí y es por una razón. El simple hecho de estar vivos es prueba que debemos seguir adelante.

Muchos más caminos se chocarán con el nuestro, pero debemos decidir si morimos en el accidente o renacemos de el.


"El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él."