17.3.11

Objetos o Pensamientos externalizados?

Todo objeto que nos rodea significa algo. Es una idea que viene de una mente eficaz, práctica y creativa con el fin de crear cosas más útiles para el público adquisitivo. Cada mejora o alteración en su diseño tiene una razón de ser y cumple una función específica. Pero más importante, cada objeto viene de un pensamiento o de una necesidad... y comúnmente de un problema.

Veámoslo así: un día un carajito estaba caminando del colegio a su casa (eso no se estila en este país, por eso estoy segura de que la persona que ideó el próximo objeto es gringo... porque ellos si caminan. Y actualmente sostienen el por ciento más alto de personas obesas en el planeta. Fail.) En el trayecto, el niño va fantaseando con llegar a su habitación a jugar Atari y comer Combos la tarde entera. Pero justo al doblar la esquina, se da el verdadero estrallón! Seis "f*cking" después, el jóven admira sus Converse. Se da cuenta que el cordón de amarrar el zapato está completamente deshilachado y, por más apretado que lo haya amarrado, falling face first le tocaba eventualmente.

Luego de entrar por la puerta de su casa, un zapato puesto y otro en mano, decide sentarse en su cuarto y pensar en una solución. Luego de dos fundas de Combos (sabores Pizza y Queso Cheddar), al pequeño le prende el bombillo! "Porqué no amarrar un poco de teipi alrededor del cordón?!" y Eureka! (imagino que esa era la expresión en aquellos tiempos) En ese momento nace el herrete o aglet como le llaman los de la USA (ojo: este blog es de origen dominicano- se pronuncia "ussa" no "yu-ess-ei")

Claro, a esta solución casera más adelante se le suma la creación del herrete en plástico (que a la larga es un fracaso pues, en experiencia propia, el Chihuahua de la casa lo maca igualito y el bebé de 4 años lo considera un bobo) y este luego evoluciona a uno de metal y así sucesivamente.

Y cómo olvidar el Velcro! Ideado para los niños muy pequeños que todavía no son capaces de amarrarse los cordones por sí solos (y si el padre o la madre decide enseñarle, tampoco le encuentran sentido a la metáfora del conejito entrando al agujero y cruzando el árbol y... la verdad que los padres son unos filósofos).

Tal vez el diseño no es tan aburrido como pensaba. Después de todo, gracias a algún grupo de diseñadores (o un gringo gordito), no somos vulnerables al peligro de caer al piso por culpa de un cordón ni a sufrir oyendo la metáfora del conejito (que a medida que crecemos se torna un cuento sexual. Cómo? No sé).

(Y si nada de lo que dije les hace sentido: véan el documental de Gary Hustwit "Objectified")

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