¿Alguna vez te han hecho sentir que cada emoción en ti puede pintar tu cuerpo de un color? El ser se vuelve un espectro visible. Los sentimientos siempre han formado parte de nosotros, en nuestro interior, pero en un momento son obvios para cualquiera. El ojo humano sólo percibe los colores cuando la iluminación es abundante. Como cuando sonríes y tu cara se ilumina. En un instante el sentimiento es visible. Tal vez por eso alguien puede notar cuando estás felíz y decirte "You're just glowing today!"
Hay muchos colores y de ellos cientos de variaciones. No pretendo explicarles lo que siento lléndome en una mencionando cada color existente o que se podría relacionar con una emoción. Pero bueno... aquí va.
A veces llevo la mente en blanco, saben? Ese sentimiento de que no hay preocupaciones y cualquier disparate te corre por la piel como agua. Te moja pero no lo absorbes. Mientras llueven los problemas yo siento que ando con mi sombrillita. Me siento así cuando me lleno de optimismo. Como una página en blanco, serena, pero consciente de que todavía hay mucho por hacer y escribir.
Si hay algo que últimamente he hecho mucho es dejarme maquillar. No me refiero a sentarme y ponerme siete libra' de blush y base (aunque admito que estos últimos días he recurrido a eso porque hay que andar bonitoso de vez en mes tu ve'?) Todo lo contrario. Estoy permitiendo que lo que siento se deje ver. Muchos no lo notan, pero cuando se va acercando mi pecho se va prendiendo en fuego, mi pulso se detiene y luego se dispara, y siento como mi cuello se calienta. Una ráfaga que va subiendo hacia mis buches hasta que por fin tengo la cara roja entera. No sé si será vergüenza... pero sé que no es por que me sucede que me pongo color tutti frutti (jaja que cura con esa palabra... díganla en voz alta a ver si se ríen un chin) sino por que me pregunto si tu te das cuenta en ese mismo instante de lo que está pasando. Probablemente si, y decides sonreírte orgullosamente. O inocentemente logras ignorarlo, pero sabes y yo sé que sabes (válgame, que cliché!)
Pero (por que todo en la vida tiene un pero) no crean que todo es color rosa. A veces me pongo verde de envidia cuando no tengo obtengo la atención que quiero. Cuando me hacen promesas y no las cumplen. Cuando me dicen mentiras yo sabiendo la verdad. Más aún cuando me traicionan o engañan. Y ver a una persona ponerse límites cuando e vez lo que le sale del forro de los cojones... ni Hulk puede conmigo. Me enferma enterarme que una persona está triste y aparenta ser felíz. Más verde que una Presidente me pongo cuando un individuo se convence de que puede aguantar más de una situación desfavorable, cuando ni yo ya la aguanto. Pero... no es conmigo ni es de mí, realmente.
Además, me pongo pilas de blue cuando me imagino que las cosas no saldrán como quiero. Soy una persona con bajas expectativas pero propensa caer fácilmente en una ilusión. Tampoco soy boba, pero me sé hacer mis pajitas mentales de vez en cuando. Lo niego a muerte realmente. ¿Acaso no somos todos así? Nos repetimos que tenemos los pies en la tierra pero realmente nos acostamos en el piso mirando hacia arriba. El cuerpo anclado y la mente flotando. Mirando el Sol y la Luna preguntándome cuándo se encontraran. Y al momento de toparse, no sólo saber de la presencia del otro, pero saber cuál confesará quien tenía más tiempo anhelando este encuentro. Me pone triste anhelar algo y no conseguirlo, pero ni siquiera mi intento de expresar pensamientos esotéricos me quita esta ilusión.
Con esto lo que quiero decir es que cada persona es un mundo de colores, y no soy excepción. Somos un arco iris ambulante. Depende de cada uno de nosotros apreciar nuestras diferentes tonalidades y estar seguros de no apagar la luz en los demás. Sin luz no podemos ver lo que hay en la oscuridad, no? Pero creo que no tiene que estar soleado, ni haber buenas condiciones para ver un arco iris.
Our true colors will always shine through.
Tal vez la canción no tenga nada que ver, pero me gujta.
(Sálgase del blog si vino a criticar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario